Que no exista iniquidad
Tratemos de no poner nuestros ojos en lo malo(enojo, venganza, tristeza, pelea, odio, etc.) Procuremos de hacerlo siempre en lo mejor, en lo bueno, porque así Dios nos responderá. “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado. Mas ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. Salmos 66:18,19.“